
LA HISTORIA CONTINÚA, … ¡EN TODOS LOS LUGARES!
Hoy hemos vuelto a constatar que realmente es así: ¡La historia de las personas con dislexia continúa de igual manera, desde hace mucho tiempo, y por mucho más que tendrá que pasar hasta que nuestra sociedad realmente se decida a cambiar el chip.
El Diario Vasco, Noticias de Álava, publica hoy un artículo, en el que se vuelve a poner de manifiesto la dura realidad de todas aquellas personas que tienen que convivir con las dificultades específicas de aprendizaje: la dislexia, disgrafía y la discalculia (DEAs). Y eso, que estamos hablando de una Comunidad Autónoma, en la que la Asociación DISLEBI está realizando un gran trabajo, ha conseguido fortalecer el trabajo de la Asociación dedicándose entre muchas otras cosas a realizar verdaderas campañas de sensibilización e información por centros educativos de toda la Comunidad.
Además, en una Comunidad que cuenta con la Fundación Nuevas Claves Educativas, que realiza congresos, conferencias, además de realizar detección e intervención pedagógica en niños/as con DEA, y cuyo trabajo podemos ver descrito en este interesante artículo, que vuelve a poner de manifiesto el sufrimiento al que todas las personas con DEA suelen estar expuestas.
Hace ya dos años que se aprobó la famosa inclusión en la LOE (Ley Orgánica de Educación), concretamente en el artículo 71.2, en el que se recoge por primera vez en nuestra historia (¡bastante penoso, por cierto!), que estas personas tienen derecho a recibir un apoyo educativo específico para posibilitarles el acceso al currículo.
Mientras tanto, seguimos esperando a que ese artículo tenga su desarrollo en las distintas Comunidades, porque, en este caso, el tema de las «competencias diferidas a los distintos Gobiernos Autónomos», no resulta que sea una gran ventaja, sino todo lo contrario.
Algunas Concejalías de Educación han dado un pasito adelante, como por ejemplo, el nuestro aquí en Canarias, pero sigue siendo insuficiente.
Sigue siendo insuficiente, porque los que se supone que realizan el diagnóstico, (y nos sumamos a Noticias-Dislexia en escoger unos términos adecuados para arrojar un poco de claridad en lo que rodea la dislexia y sus dificultades asociadas), mejor dicho, a la detección de las distintas dificultades en nuestro alumnado, simplemente aún no disponen de los conocimientos necesarios para realizar su trabajo en este campo, por lo que de momento seguimos, ¡sin encontrar a la mayoría de los que realmente tienen alguna DEA!
¡Seguimos sin manejar cifras que arrojen cierto interés político sobre los nuestros, y ellos/as siguen luchando en los centros por su supervivencia, mientras que los que estamos al frente de las distintas Asociaciones seguimos intentando abrir los ojos al profesorado y a nuestras autoridades educativas de que simplemente no se le puede calificar las faltas de ortografía al alumnado con dislexia, con disgrafía, con disortografía y con discalculia, es decir, con alguna famosa dis! Y es increíble, la expresión de aquellos que desconocen el problema, aunque estén al mando de nuestras leyes educativas, no acaban de entender que no se trata de privilegios, sino de una necesidad real, que las conexiones neuronales simplemente no están ahí para procesar la información adecuadamente, pero que tienen otras capacidades, y otras maneras para comprender conceptos y proceder a su aplicación adecuada, siempre y cuando, nosotros sepamos trasmitir esos conocimientos de manera diferente. Y, creemos que ahí está la clave del problema real, no es la dislexia en sí, sigue siendo el gran desconocimiento, y la poca capacidad de decisión para frenar el famoso fracaso escolar que ya ronda el 30% a nivel nacional, y un 40% en nuestra Comunidad.
¿No será ya tiempo de actuar?
¿A qué estamos esperando?
¿A que finalice la crisis?
Las crisis, Señores y Señoras, es el acompañante más fiel de la persona con DEA, y no estamos hablando solamente de una crisis económica-financiera, sino de una crisis a nivel personal y de valores que desde hace mucho tiempo está dejando marcados a nuestros jóvenes, a los que estamos trasmitiendo que son incapaces de desenvolverse en nuestra sociedad, a convertirse en hombres y mujeres libres, libres de perjuicios, libres de realizar, lo que realmente quieren ser en la vida, y solamente, porque seguimos anclados en los errores de nuestra propia historia, una historia que solamente nos atrevemos a cambiar de forma milimétrica, (¡y eso ya es mucho!), porque, quien sabe, ¿de qué nos podrán acusar mañana? ¿Quizás de que si no calificamos las faltas de ortografía de los que van a los centros de nuestra Comunidad se les vaya a tachar el día de mañana de analfabetos funcionales?
¡Por favor, a ver si nos entendemos en temas de dificultades específicas de aprendizaje! ¡Que estamos hablando de una «dificultad» real, no una inventada por las madres y padres y niños y niñas con DEA para justificar su bajo rendimiento escolar!
¿Cuando se va a entender el verdadero problema del fenómeno de la dislexia, y dejen de ser «normales» historias como las de nuestros hijos y hijas, y las de este artículo, que simplemente son un ejemplo de lo que realmente esta sucediendo por nuestra geografía española?