
LA DISLEXIA: ¿UNA ENFERMEDAD? ¿UNA MINUSVALÍA?
El artículo aparecido hoy en EL PAÍS ha conseguido muy bien captar la atención de un lector, quien posiblemente no haya tenido conocimiento previo del fenómeno de la dislexia.
El papel que juegan los medios de información para Asociaciones como las nuestras, y para llegar a nuestros objetivos principales que consisten en sensibilizar a la sociedad sobre una problemática que está siendo ignorada, en la mayoría de los casos, es –sin duda alguna- de gran relevancia.
Por ello, queremos agradecer a este diario la gran oportunidad que le han dado a la dislexia por llegar a un gran número de lectores.
Bien se menciona que las islas, entre ellas nuestro archipiélago, está siendo entre las Comunidades pioneras en desarrollar el artículo 71.2., en las que queda recogido que “ … corresponde a las Administraciones educativas asegurar los recursos necesarios para que los alumnos y alumnas que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades especificas de aprendizaje, …puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado’.
Para ampliar esta información queremos volver a remitiros a nuestras anteriores entradas en este blog, en las que informamos ampliamente sobre las actuaciones de nuestra Consejería de Educación, en concreto de la Dirección General de Ordenación e Innovación, sobre los cursos de formación que se han impartido hace tan poco unos meses, la Resolución nº 74, en la que se mencionan ciertos criterios para este alumnado en la realización de exámenes, y el proyecto piloto que se está realizando ahora mismo en el IES Cabrera Pinto, La Laguna, en el que se están llevando a cabo talleres con estudiantes con el TDAH y DEA (Dificultad Específica de Aprendizaje). Nos parecen muy importantes estas actuaciones, no solamente porque son las primeras del país para el alumnado en Educación Primaria y Secundaria, sino porque tenemos plena seguridad que marcarán un precedente para el resto de Comunidades.
Que los países anglo-sajones nos llevan ventaja, siempre lo hemos recalcado, y coincidimos plenamente con María Párraga, Directora y Fundadora del Centro EL BROT, Barcelona, un centro con alumnado con dislexia, de que la situación es muy distinta de la que tenemos aquí en España. En esos países el grado de concientización es tal, que los medios educativos y la formación de toda la sociedad, es decir, padres y madres y profesionales, simplemente está a la orden del día, y se maneja con una naturalidad que permite la “desmitificación” de la dislexia, como bien Rosie Wood, especialista de dislexia en el Reino Unido, recalcó en nuestras I Jornadas de Dislexia en Canarias-Una forma diferente de aprender que celebramos en el mes de noviembre del pasado año.
En ese país las dificultades específicas de aprendizaje están incluídas en lo que se llama «Disability Discrimination Act«, por lo que están reconocidas su necesidad de requerir de una enseñanza diferente, y por lo que el profesorado está obligado «…por ley a realizar ajustes dentro del aula…”. Aún se está tratando de identificar claramente las formas más convenientes de aprendizaje para estos estudiantes, aunque ya llevan mucho tiempo trabajando ciertas técnicas que han permitido obtener unos resultados excelentes. Claro está, existe una gran cantidad de profesorado especializado en dificultades específicas de aprendizaje, y también los recursos necesarios para garantizar que este alumnado pueda estar en igualdad de condiciones con el resto de los estudiantes.
Nos parece importante recalcar, que para nosotros la dislexia no es una discapacidad, y los que convivimos diariamente con personas con dislexia, sabemos que esto no es cierto, son personas absolutamente normales, con un coeficiente normal, cuyo “cableado cerebral” simplemente es distinto, y por ello, no pueden acceder al conocimiento por las mismas vías que el resto de personas: por las de la lecto-escritura.
Cabe insistir, que también hay que distinguir entre distintos grados de esta disfunción neurológica, es decir, que no todas las personas con dislexia experimentan las mismas dificultades de igual manera.
La teoría del Dr. Franck Ramus fue ampliamente desarrollada por el Dr. Francisco Martínez, Médico de Familia y padre de una hija con dislexia de Madrid, en nuestras I Jornadas de Dislexia. En esas Jornadas tuvimos ocasión de disfrutar de una explicación “muy visual” (¡sumamente conveniente, no solamente para las personas con dislexia!) sobre la teoría acerca de la migración neuronal que tiene lugar durante los primeros meses de gestación, con la visualización del un recorrido de “hormiguitas” (gracias a la afición del Doctor por los insectos y la gran genialidad de su hija con dislexia) que de forma muy sencilla, pero clara, nos hizo entender unos hallazgos muy recientes en los estudios neurológicos sobre la dislexia y sus orígenes.
Y, para terminar y dejaros disfrutar con el artículo de EL PAÍS, queremos insistir en que la dislexia NO ES UNA ENFERMEDAD. Quizás sería menos invisible la dislexia si lo fuera, como lo es el TDAH, pero no caigamos en creer, lo que no es, porque no por ello será un médico, el que vaya a realizar un diagnóstico de dislexia y/o cualquier otra DEA, ni tendremos derecho a alguna ayuda por parte del ámbito sanitario, que a la mayoría de padres no les vendría nada mal por el gran desgaste económico que tienen que sufrir en busca de profesionales familiarizados con las necesidades de sus hijos/as.
Nuestro enemigo principal es la poca información que existe en nuestra sociedad acerca de estas dificultades específicas de aprendizaje, y por ello, la gran INVISIBILIDAD que existe de este alumnado, y no solamente de niños/as, sino también de adultos que lamentablemente no vienen mencionados en ninguna parte, pero que por supuesto existen, y que gracias a las campañas de información que estamos tratando de realizar todas las Asociaciones del país, se vienen a dar cuenta en edad adulta de la razón de su calvario.
Por ello, queremos enviar un saludo muy especial, no solamente a los/as niños/as con dislexia, sino también a todos los adultos con esta dificultad, solidarizándonos con sus difíciles experiencias anteriores hasta hallar una “razón” por su diferente forma de ver y hacer las cosas, y enviar a todos un aliento de esperanza para seguir dando pasos hacia delante y salir de la oscuridad del mundo de la dislexia para encontrarle a este fenómeno un lugar digno y merecedor, que por otro lado, también confiere unos talentos y/o habilidades muy especiales, como bien se menciona en el artículo.
(Nos informan desde la Asociación DISFAM, Palma de Mallorca, que Daniel Ottman no es de las Islas Canarias como se menciona en el artículo de EL PAIS, sino de Baleares, por lo que hemos decidido modificar el comentario que hizo referencia directa a él al principio de publicar esta entrada.)